INTRODUCCIÓN
Este pasado mes de octubre hemos hecho un recorrido histórico por algunos hitos trans del pasado y el presente. En este octubre trans queremos demostrarnos antiguas, presentes, recurrentes, históricas, reales. Hacernos ver y valer como una comunidad tan antigua como el humano mismo, no como una moda reciente de autodescubrimiento. Se nos reconoce más ahora, pero eso no significa que no tengamos un pasado ni que seamos una novedad, sólo que se nos oye más. Este mes hemos visto nuestros antecedentes por medio de referentes puntuales que reflejan la variedad de la experiencia trans y hoy, como punto final, dirigimos la mirada al presente para arrojar luz sobre una realidad convulsa y carente de muchas necesidades básicas. Ahora que conocemos nuestra Historia, construyamos nuestro futuro.
SANIDAD
Se define nuestra existencia como personas desde un punto de vista puramente médico. Nuestra vida está medida y tratada no para nuestro beneficio y bienestar sino para la adaptación al sistema, para lograr la mímesis completa y eliminar todo rastro de no ser cis. Un camino marcado por cada autonomía dirigido prácticamente en su totalidad por personas cis que algo han leído o tienen amigos trans, donde los especialistas pueden ser profesionales en su campo pero dificilmente en el trato específico a la realidad trans. Un camino kilómetrico que en muchos casos empieza por un cuestionario psicológico que atestigua que realmente eres trans de acuerdo a sus paradigmas pactados en un comité médico cis. sigue con seis meses de salida forzada del armario, una evaluación psiquiátrica para asegurar que esos meses de violencia obligada no te han causado absolutamente ningún mal y que no tienes ninguna de los problemas asociados con vivir en una sociedad que te expulsa y te niega constantemente, una visita a un especialista genital donde el trato adecuado a tu género es un regalo escaso, visitas sucesivas a una persona de endocrinología que juzgará si tu cuerpo es apto o no para unas hormonas que cambiarán tu cuerpo pero solo en la medida en la que se crea adecuada para tu género, sin libertad posible, y una espera durante años para intervenciones quirúrgicas que aún se plantean como estéticas. Esta odisea solo para conseguir lo que una persona cis tiene solo con nacer. Un camino marcado por el miedo al próximo nombre mal dicho, a la negación de un proceso por no encajar en el cánon que te toca, el miedo a lo que pueda pasarte entre proceso y proceso, el miedo a tener que volver a enfrentarte a ese profesional que te hunde en cada consulta. Un camino de rabia, desesperación y desconfianza pero que aun así necesitas hacer porque el punto de partida no es una opción.
EL TEMA TRANS A NIVEL LEGAL
¿Imaginas qué se siente al no tener tu nombre? ¿Si tu DNI no es tu identidad? ¿Cuándo te niegan títulos, la entrada a espacios?, ¿Cuándo no puedes recoger un paquete a tu nombre? ¿Cómo es vivir bajo el marco de una ley que te obliga a someter tu cuerpo a dos años de hormonas y cambios físicos para ser reconocido?
¿Imaginas que no pudieras existir como tú eres sino como un decreto dice que tienes que ser?
Desde 2007 tenemos un ínfimo espacio en el que podemos existir. Desde 2017 hay planteada una ley que alargaría ese espacio. No ha llegado a puerto. Pero la verdadera pregunta es ¿Por qué es necesario un decreto para nuestra existencia? ¿Dónde están las leyes que nos protegen de agresiones, discriminación, violencia médica? ¿Cómo es que se legaliza como tenemos que existir pero no como no se puede atentar contra nosotros?
Existen leyes que permiten que se nos asesine prácticamente con impunidad alegando precisamente sorpresa y asco al enterarse de nuestra existencia, como la ley estadounidense del pánico trans, leyes que nos impiden ir al baño en lugares públicos. ¿qué tipo de justicia hace un sistema legal que nos discrimina abiertamente?
TRANS EN LAS AULAS
Los profesionales de la educación en muchas ocasiones no reciben formación adecuada respecto a la diversidad de género y no saben como tratar a un alumno trans
Las charlas sobre diversidad dadas en centros educativos, ya de por sí infrecuentes, no tratan apenas la diversidad de género.
Es muy infrecuente encontrar un protocolo de identidad de género en los centros educativos, en particular los de educación primaria y secundaria.
Las aulas son el caldo de cultivo de nuestro ser en sociedad. Deberían ser un espacio seguro, de aprendizaje y relaciones interpersonales, pero siendo una persona trans la experiencia es muy distinta. La formación a los profesionales no se da de manera sistemática, solo en casos de un movimiento que parta de un interés individual y personal. No somos parte del temario. La biología es cis binaria. La historia es de ellos, los que tienen pene y dinero. La literatura la escribieron hombres para mujeres y por supuesto su género nunca se pone en disputa. Las matemáticas están por encima de todo problema o cuestionamiento humano y mundano. La educación sexual no existe.
La propia ley del 2007 recomienda, que no obliga a la enseñanza e investigación en temas trans, pero una recomendación no es vinculante asi que mejor no gastar recursos en atender a la diversidad. Ya cuando llegue una persona trans al alumnado o al profesorado se planteará qué hacer con ella, ya se tendrá la “charla” en privado, para no molestar, para no alterar la calma del miscroestado cishetero. Cuando haya edad se puede plantear una charla de cómo poner un condón, o con suerte invitar a alguien de alguna fundación que por amor al arte decida educar en diversidad al alumnado. La educación del profesorado no es necesaria, la continuidad tampoco, al fin y al cabo ¿de qué sirve crear un espacio seguro en un centro educativo si al final el mundo de fuera no es un lugar seguro? No podemos vivir así. No podemos sobrevivir así.
NIVEL LABORAL
Las personas trans encuentran muchas barreras a la hora de buscar trabajo, especialmente si no han conseguido aún cambiar sus papeles. Además, hay personas trans que son reticentes a transicionar debido a que ello conlleva el riesgo de ser despedidas.
Si no se plantea la inclusión y la diversidad en el aula, menos en el ámbito de trabajo. Esto es el mundo real. Esto no es como la escuela. Aquí queremos ganar dinero. Tu imagen no concuerda con la idea de la empresa. No podemos contratar a alguien que no tenga los mismos datos en todos sus documentos. Queremos una dependientA, no a un … no se, lo que tú seas. Hemos tenido quejas de tus compañeros, tienes que dejar de ir a ese baño. Ya sabes, políticas de la empresas. A mi me da igual lo que hagas en tu vida privada pero aquí no lo traigas. Si no paras con esta tontería te acabaremos echando. Ya te avisamos. Tu lo has querido. Si necesitas dinero pues te metes a puta. Tú solite te has buscado esto.
RELACIONES
El armario es nuestra casa. Un armario muy variado, puede ser transparente “se te nota desde pequeño”, puede ser opaco y cerrado, una sorpresa para todos una sorpresa para tí mismo, un armario tan grande que no tienes la necesidad de salir nunca, un armario tan estrecho que no puedes ni respirar. Puede tener una sola puerta, sales, la cruzas y puedes olvidarte de ese armario, nadie tiene por qué saberlo; puede ser un armario pasillo, puerta tras puerta que cruzas y no termina. Todos tenemos un armario que nos condiciona cada interacción social. ¿Hasta dónde puedo contar sin tener malas consecuencias? ¿Me arrojarán fuera de este espacio seguro en algún despiste? Al conocer a una persona no hay manera fácil de saber sin nos rechazarán, nos tratarán como un objeto exótico del que disfrutar o todo acabará en un siempre reconfortante y simple “ah pues bien”. Las personas trans somos una fantasía, un animal mitológico que se adora como un Otro extraño que cazar y disfrutar o un Otro desconocido y terrible con el que hay que acabar. Llegar a saber que tipo de cazador tenemos en frente puede llegar demasiado tarde, cuando acabamos en una relación tóxica con alguien que sólo nos fetichiza o cuando ya hemos sido violentados, negados y en el peor de los casos, asesinados. No podemos seguir así, no podemos seguir con esta incertidumbre de lo que pasará si decidimos cruzar la puerta del armario. Necesitamos que nuestras relaciones sean un refugio, no un cazador.
FAMILIA
La familia es el primer círculo de relaciones que tenemos, el seno en el que nacemos y crecemos, la cuna del cariño. O al menos eso debería ser. Ser trans en familia significa tener todo un círculo de control de decisiones a tu alrededor, especialmente siendo menor, cuando tu cuerpo pertenece a tus tutores. Si no cuentas con una familia comprensiva la casa puede ser el mayor infierno, nombres y pronombres inadecuados, peleas, negación de procesos necesarios para uno. El reciente confinamiento ha puesto de relieve la delicada situación de muchas familias, con situaciones de violencia insostenible, incapacidad de obtener elementos como hormonas, o control absoluto sobre la presentación física. Estas situaciones son especialmente graves en situaciones con menores trans, pero no debemos olvidar tampoco a nuestros mayores, aquellas personas que han erigido una vida y una familia compatible con el sistema que deciden vivirse tal y como son más adelante. Quienes tienen que enfrentarse a hijes e incluso nietes que puedan rechazarles, parejas que se sientan engañadas y toda una vida a las espaldas que cambiar completamente. Nuestras familias condicionan directamente nuestra existencia. Una familia transpositiva y una red de afectos es el espacio en el que podemos estar seguros, protegidos de la violencia médica, institucional y social.
LAS PERSONAS TRANS EN LA SOCIEDAD
Hoy en día vivimos en un hit trans. Se habla de nosotres, se discute de nosotres se nos pone en la pantalla, se cuentan nuestras historias y se plantea hasta qué punto podemos tener derechos. Ya no somos esa presencia invisible, ese tabú del que no se habla ni esa vergüenza familiar esporádica. Existimos y se nos ve. Necesitamos aprovechar este momento para alzar bien la voz, para demostrar nuestra experiencia y denunciar los abusos continuos. Es el momento de callar esas mediáticas voces que llenan de transfobia nuestro feminismo. El momento de tomar lo que nos conmovió de esa vida oculta de quien antes no nos preocupamos por conocer. De presionar hasta conseguir una nueva ley trans, reafirmante y segura no patologizante. no somos una broma y ahora se ve, no somos el chiste de tu cuñado ni el cuerpo monstruoso que se muestra en una vitrina. Somos las vecinas, las amigas, la que se sienta frente a ti en el metro y necesitamos el reconocimiento como tal. No callaremos y no desistiremos. Somos diversidad, pluralidad. Somos todo de mujer a hombre, todo lo que que cabe en medio y todo lo que no puede ser contenido. Somos resiliencia, resistencia. Es nuestro momento y no vamos a permitir más. No vamos a permitir más grupos de odio organizado, no vamos a permitir más recorridos marcados de cómo tenemos que ser, no más leyes cis que intenten definirnos, no más violencia médica, desinformación en las aulas, paro sitemático, asesinatos, familias destructivas. No vamos a permitir más transfobia. Somos Trans, la T que tan relegada ha sido a las sombras hasta en el propio colectivo. Pero estamos aquí, somos visibles, luchadores y no desapareceremos.
El octubre trans me ha parecido una iniciativa muy valiosa. Nuestra sociedad necesita conocer perosnas referentes trans y saber que es una realidad desde siempre. A lo largo de toda la historia la realidad Trans se ha dejado de lado, ignorado o rechazado. Actualmente es una prioridad la visibilidad de la diversidad en cualquier campo y en la sexualidad es una necesidad. Felicidades.